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Ética o Etiqueta

Por: Ricardo Mejia cano

Fue un pasado crudo. Los primeros visitantes europeos de nuestras tierras fueron aventureros y expresidiarios, acompañados de algunos dirigentes de valor, y de curas y misioneros soñadores, quienes con éxito nos legaron la religión católica. Ésta en cuanto a ética es un altar, pero por la calidad de los invasores, nos legaron más la etiqueta que la ética.

Hace algunos años se celebró en Washington Día de la Ética y el Desarrollo, patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Entre los expositores estuvieron Enrique Iglesias, director del BID, el Premio Nobel Amartya Sen y el Primer Ministro de Noruega. La cita que éste hizo de Ghandi fue contundente: “La tierra es suficientemente rica para satisfacer las necesidades de todos, pero no para la avaricia de algunos”.

En el índice de percepción de la corrupción, elaborado por Transparencia Internacional (TI), la mayoría de los países latinoamericanos estábamos de la posición 60 hacia abajo. En el Barómetro Global de la Corrupción de TI, hay un titular reconfortante: “Los colombianos e indonesios son los más optimistas sobre la reducción de la corrupción”.

El tema es importante por que donde hay corruptos hay corruptores, y aquí la ética del empresariado juega un papel importante. El juego transparente es negocio, y los valores éticos del empresariado y su responsabilidad social deben ser objeto de mayor atención.

Un factor muy negativo que han enfrentado los empresarios por muchos años ha sido la falta de demanda. No es extraño: tenemos un porcentaje alto de la población por debajo de la línea de pobreza.

El reconocido “Think Tank” Jeffrey Sachs ha escrito mucho sobre las razones del retraso de Latinoamérica con relación con los países asiáticos: China, Tailandia, Indonesia y Vietnam han reducido de manera importante sus índices de pobreza.

¿Si el Mercadeo es una técnica que permite ampliar los mercados, no será entonces una oportunidad incorporar esa parte de la población que no participa en la economía? ¿Cuántas personas se podrían vincular a la economía, reduciendo la corrupción a la mitad? El WWF calcula que el 30% de la población latinoamericana no tiene agua potable. En muchos de nuestros países la plata para los acueductos se malgasta ¿No será negocio velar por la ética de la administración pública y privada, para integrar a la economía ese 30% de la población sin agua potable?

Diferentes investigadores han calculado en un 30% del PIB total el valor de la economía informal en la región. No todos son vendedores ambulantes, muchos son empresarios que no pagan impuestos. Es urgente pasar de la etiqueta a la ética.

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