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La Junta y la Gente

Por: Ricardo Mejía Cano-

Se mueve en Panamá como “pez en el agua”: tiene la habilidad de blindar de manera perfecta las propiedades e inversiones de sus patrones, para evitar que puedan ser embargados en caso de algún descalabro. Sus métodos no necesariamente cumplen con los requisitos legales: si es necesario falsifica firmas o se salta las normas. Es de bajo perfil, desconocido en el mundo empresarial y reconocido en el mundo judicial, a donde es citado con frecuencia. Como lo describe Jorge González en su libro “Quien se llevó el dinero de Interbolsa”, Francisco Oñate es el “alter ego” de Juan Carlos Ortiz en Panamá. Tampoco Ortiz es símbolo de transparencia, pulcritud y ortodoxia empresarial.

Lou Lung Pai nació en Nanjing, China. Cuando tenía dos años sus padres se mudaron a EEUU. Tanto Pai como su padre eran mentes privilegiadas. El segundo fue destacado profesor de matemáticas de la Universidad de Maryland, institución donde su hijo hizo un master en Economia. Al poco tiempo de graduarse Pai se vinculó al “Securities Exchange Comision” (Equivalente a nuestra Superfinanciera). De allí pasó a trabajar con compañías del sector energético. Finalmente fue contratado por Enron para fundar el negocio estrella de la compañía: manejar el gas como un “commodity” y comercializarlo en la bolsa de valores. Fue una de las grandes innovaciones de Enron: ya no necesitaría hacer las grandes inversiones en explotación de gas, generación de energía o en miles de kilómetros de tubería. Otros lo harían y Enron se encargaba de la comercialización de las acciones de esas compañías o de la venta de futuros de gas, obteniendo jugosas utilidades. Por esas innovaciones Pai fue ascendido a la Presidencia de la Unidad de Servicios de Energía, reportando directamente a la presidencia de Enron.

Pai era una persona ambiciosa y extraña: para lograr sus objetivos de rentabilidad y crecimiento, todo método era aceptable. Una de sus muchas debilidades eran los “Striptease”: los frecuentaba prácticamente todos los días. Allí llevaba a sus clientes y por supuesto, por cuenta de la compañía. “Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe”: Pay se enamoró de una de las “distinguidas empleadas” del “Rick´s Cabaret” de Houston. Por Melanie abandonó a su esposa y a sus dos hijos. En el Zoológico de profesionales vinculados con Enron, abundaban las personas como Pai, inteligentes y efectivas, pero con métodos de trabajo y desviaciones en sus personalidades que harían preocupar a cualquier miembro de junta directiva.

Igual que Interbolsa cumplía, al menos al principio, con las estrictas normas de la Superfinaciera, Enron era un modelo de buen gobierno. Pero el descalabro de esta última ha servido para cambiar la cultura de la Juntas Directivas: sus funciones de control y de relacionamiento con los ejecutivos de segundo y tercer nivel se han sofisticado.

En el próximo foro de Amcham “De Enron a Interbolsa” aprovecharé para preguntarles a Frank Savage (Ex Junta de Enron) y a Alba Luz Hoyos (Ex Junta de Interbolsa) si sabían de las andanzas de Pai y Oñate y hasta que punto personajes de esa calaña pueden poner en peligro el futuro de una compañía.

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