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Nunca fui a Singapur

Por: Ricardo Mejia Cano

Y lo mas probable es que ya nunca iré. No me inquieta, con las comunicaciones de hoy, es como si hubiera ido. Según los archivos del Fondo Monetario Internacional y con los cambios de moneda oficiales, sin ajustes por poder de compra, en 1960 Singapur era el país numero 33 en el ranking por ingreso per cápita, Colombia era el 51. Hoy Singapur es el número 4 y Colombia el 87. La mayoría de los países asiáticos, que tenían un nivel de desarrollo igual al nuestro hace 55 años, nos tomaron una ventaja a desconcertante.

Lee Kuan Yew, el fundador de Singapur, luego de ser sometido por los invasores japoneses a toda clase de vejaciones y humillaciones durante la segunda guerra mundial, se fue a Cambridge, Inglaterra, donde se graduó, con honores, de abogado. Regresó a su tierra natal a prestar ayuda legal gratis a los sindicatos. Ese trabajo le sirvió de plataforma para crear su propio partido político.

Como la isla no tenía recursos naturales que pudiera explotar para hacer crecer su economía, se concentraron en su único recurso, la gente. En cuatro etapas implementaron un moderno sistema educativo.

En la primera etapa desarrollaron un kínder y una primaria de excelentes calidades, para que toda la población se destacara en lectura. Esa etapa fue en los 60s, cuando Singapur se distinguía por una fuerza laboral barata.

En la segunda etapa diseñaron un currículum que garantizara una formación excelente y habilidades especiales. Los estudiantes que terminan la primaria, con 12 años cumplidos, presentan un examen final. Según los resultados de este y los intereses del niño, este pueden escoger entre 5 tipos de bachillerato, para luego, según su desempeño y gustos, optar por una carrera técnica, tecnológica, artes plásticas o pasar a la universidad.

En los 60s, también crearon 5 institutos politécnicos. Pero en esos años las tecnologías no eran consideradas por los jóvenes como opciones validas. Para cambiar la mala imagen de las carreras técnicas, crearon el Instituto de Educación Técnica, que se convirtió en ejemplo mundial de la enseñanza vocacional, con vínculos con las mas importantes multinacionales, con lo cual la población empezó a ver las enormes posibilidades de dichas carreras. El sistema esta diseñado de tal manera que quien termina una técnica o tecnología, puede, si tiene deseos y buen desempeño, pasar a la universidad y continuar con sus estudios, sin tener que repetir los cursos aprobados en otras instituciones. Un 65% de los jóvenes estudian carreras técnicas o tecnológicas.

La tercera etapa la denominaron “Colegios Pensantes, con una Nación Aprendiendo”. Para tomar el liderazgo en una economía global, no solo necesitaban una población altamente educada y con habilidades especiales, sino también con los valores, mentalidad, actitud y cualidades necesarias para desarrollar productos de vanguardia. La creatividad y la innovación se convirtieron en parte fundamental del currículum de todas las profesiones.

En el 2004 introdujeron un cuarto cambio, que por sutil no es menos importante. La consigna en la educación se convirtió: “Enseñar menos y aprender más”. Se paso de la enseñanza con tareas repetitivas y a base de memorizaciones a aprender “haciendo” y resolviendo problemas.

El sistema de educación de Singapur esta considerado como uno de los mejores del mundo. Mientras acá, nuestros colegios públicos están entre los peores según la OECD y nos llenamos de universidades que no están acreditadas.

Yo ya no iré a Singapur, pero los de Mineducación si se debían dar una pasadita.

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