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¿Se justifica estudiar en Colombia?

Por: Ricardo Mejía Cano.

Como ingeniera electrónica el único trabajo que encontró fue en un call center. Un trabajo extenuante y mal pagado: pocos aguantan más de 6 meses. Después de un par de años desempleada, gracias a la ayuda de sus padres hizo su segunda carrera: Ingeniería en Telecomunicaciones: aspiraba que ese segundo título le abriera las puertas a un buen empleo. No ha sido así. “ Tengo 27 años y vivo con mis papás, quienes me ayudan en todos mis gastos. Mi vida es bastante monótona, me despierto, desayuno, me arreglo, me conecto a internet para buscar ofertas de empleo, ayudo en las labores de la casa y al final del día me conecto de nuevo a ver que encuentro”.

En Colombia el desempleo de los jóvenes entre los 18 y los 28 años es más del doble de la tasa de desempleo del país, pero parece que a pocos les angustia la angustia de jóvenes como Lorena.

La obsesión de Robin Dittmar siempre han sido los aviones. De pequeño, al escuchar el ruido de un avión, salía rápido al jardín y observando la enorme aeronave, soñaba ser piloto.

Desafortunadamente las notas de Robin no eran lo suficientemente buenas para estudiar para piloto, pero si para ingresar al programa de educación dual de Lufthansa Technik, la división responsable de hacer mantenimiento en todo el mundo a sus aviones.

Hoy su vida está llena de retos y emociones, no se cambia por nadie: la mitad de su tiempo trabaja en los talleres de Lufthansa, con la supervisión de un mecánico experimentado, quien le guía en todas sus labores. Le asignan trabajos de gran responsabilidad, manejando equipos sofisticados, lo cual le da gran autoestima. La otra mitad de su tiempo tiene que asistir a un instituto politécnico, donde le dan las bases teóricas de su profesión.

Robin sabe que una vez termine sus estudios no tiene garantizado un trabajo en Lufthansa, pero si sabe que con la formación que esta recibiendo no tendrá problema para encontrarlo.

El desempleo juvenil en Alemania es inferior al 7.5%, el más bajo de Europa y uno de los más bajos del mundo. El 60% de los jóvenes alemanes escogen la educación dual: aprenden entre el aula de estudio y la formación práctica. Se forman en oficios que la industria y el país demandan, lo cual les facilita conseguir rápidamente trabajo. Aun en profesiones como las ingenierías, el 50% de los jóvenes escogen la formación dual.

Estudios de la OECD muestran que jóvenes altamente calificados tienen el doble de posibilidades de conseguir empleo, con ingresos muy superiores a los de jóvenes con bajas calificaciones. Aquí cabe la pregunta, ¿Está Lorena altamente calificada?

Si el mercado no demanda sus servicios es fundamentalmente porque sus habilidades no corresponden a lo que necesita el mercado. Lo desafortunado es que no es culpa de Lorena, quien ha hecho todos los esfuerzos posibles por prepararse. Es un problema de Colombia y su clase dirigente, que no ha sido capaz de enfrentar las reformas drásticas requeridas.

En una entrevista a la Gerente de Recursos Humanos de Colmotores, le preguntaron: “¿Cuáles son los perfiles más difíciles de conseguir?”, respondió: – “Latoneros y pintores”; “¿Porqué?”, – “Las instituciones educativas no cuentan con programas formales de educación en estas especialidades y el nivel de conocimiento técnico que requiere nuestra empresa en éstos trabajos es muy alto”.

En los planteamientos iniciales del actual gobierno para reducir la pobreza, el Alto Consejero para la Prosperidad manifestó: “Queremos que los más pobres sean capaces de meter goles. Debemos acercarles la portería. Darles las competencias necesarias para que ellos mismos superen su condición”. En buen romance: enseñarles a desempeñar oficios que les permitan trabajar dignamente.

Muchos estudios confirman que en Colombia hay un déficit de tecnólogos mecánicos, electrónicos, mecatrónicos, agrícolas, en sistemas, enfermeras, etc. Si queremos acercar la portería a los más pobres, la manera más expedita sería robustecer nuestros institutos tecnológicos: darles presupuesto para que mejoren en calidad (Laboratorios, profesorado, instalaciones, etc.) y aumenten la cobertura.

El ex-presidente Santos antes de la fracasada reforma de la educación superior planteó su deseo de invertir la proporción perversa de la pirámide educativa, donde el 65% de la educación superior es universitaria y sólo el 35% es técnica o tecnológica, sin embargo nada se ha hecho al respecto.

El desempleo juvenil en EEUU se parece al colombiano, 17%. En varios de sus discursos sobre el Estado de la Unión, el presidente Obama ha manifestado su interés en la educación dual. El impulso que están dando a los Community Colleges (Institutos Tecnológicos), se debe a la presión de Obama por promover una educación más pertinente.

En Colombia son miles las historias como la de Lorena y pocas como la de Robin. Algo deberemos hacer. La sociedad colombiana y sus dirigentes no pueden posponer mas las reformas drásticas que necesitamos en educación, de no hacerlo, los jóvenes se empezarán a preguntar ¿Se justifica estudiar?

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