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Darle una oportunidad a la esperanza

Por: Ricardo Mejía Cano

Para el educador español Antonio Pérez Esclarín: “Un maestro es un sembrador de esperanza y debe estar lleno de ilusión y de pasión. No se amilana ante las dificultades y asume con entusiasmo la tarea apasionante de desarrollar las potencialidades de cada estudiante para que alcance la plenitud. No es una profesión para ganarse la vida, es una vocación para enseñar a los jóvenes a vivir con autenticidad y ganarle a la vida.”

Para Monica Prieto, Decana de la Escuela de Educación de la Universidad Austral en Argentina: “Los docentes no pueden optar por la desesperanza, aun con muy buenas razones que la justifican. Su obligación es renovar la esperanza, transmitirla a sus alumnos sin claudicar ante los obstáculos”

Quien pierde la esperanza pierde la alegría, el norte, su vida quedará a la deriva, en la amargura, el pesimismo, echándole la culpa a los demás de su situación.

Gorobeto nunca pensó participar en el paro, le daba miedo. Pero un amigo le invitó a ver con sus propios ojos lo que hacían en Puerto Resistencia (Cali), grupo responsable de enfrentar al ESMAD. Una vez allí no había vuelta atrás. Gorobeto es uno de los 3’000.000 de ninis, casi el 30% de los jóvenes entre los 18 y los 28 años, que ni trabajan ni estudian. No tienen ni idea porque hay paro, pero al final es una manera de participar en algo y salir de la monotonía. La pandemia les acabó de desestabilizar.

Son jóvenes que tiran fácilmente la toalla, una contrariedad en el estudio o en el trabajo y se retiran. La falta de ilusiones, la ausencia de un propósito, la desesperanza les hace claudicar. Se caracterizan por tener un desempeño muy pobre en el colegio.

Para el investigador de la Universidad del Rosario en Bogotá, Iván Daniel Jaramillo: “Ha habido un crecimiento exponencial de la participación y presencia de NiNis en estas marchas, frente a las de noviembre de 2019”.

Soy testigo del compromiso de muchos maestros en colegios oficiales por apoyar las ilusiones de sus alumnos, enseñarles que sus ideales serán alcanzables y fortalecer su tenacidad. Con ejemplos les enseñan que no pueden desfallecer ante las dificultades.

Desafortunadamente las directivas de los maestros, FECODE, más que seguir las recomendaciones de Pérez y Prieto, están interesadas en promover paros y manifestaciones. Para FECODE todo es culpa del sistema y poco interés muestran por apoyar a sus alumnos en sus ilusiones.

Con su ayuda hemos montado una fábrica de ninis. En lugar de promover una renovación en la educación para formar a los bachilleres en alguno de los miles de oficios que necesita Colombia, se oponen a cualquier reforma.

Las mujeres en condición de ninis duplican a los hombres, en parte por la maternidad en la adolescencia. Pero este problema y la reforma radical de la educación no está en la agenda de los manifestantes.

Es urgente formar a los jóvenes en oficios que los ilusionen, que aprendan a transformar materiales, ayudar a las personas, elaborar productos, transformar elementos, que vean que su trabajo es importante y ayuda a mejorar el entorno.

Los maestros deberían darle una oportunidad a la esperanza.

Nota: Hay mucho por cambiar y mejorar en el país. Pero destruyendo lo poco que tenemos es la mejor manera de profundizar la crisis. Una protesta que impide la libre circulación de bienes y servicios no es una manifestación pacífica, es violenta en la medida que deja a miles de campesinos, transportadores, pequeños productores y comerciantes sin trabajo.  

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