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¿Hará historia Quintero?

Por: Ricardo Mejía Cano

La OECD recomienda que las funciones de propiedad de las empresas estatales se centralicen en una entidad, preferiblemente independiente de los Ministerios y de las funciones de gobierno. La propuesta tiene mucho sentido. Dicha entidad representaría a los dueños (Los ciudadanos) en las asambleas anuales y haría seguimiento al trabajo de las juntas directivas. También recomienda que las juntas deben nombrar al gerente y pedirle rendición de cuentas.

Los beneficios para los departamentos y municipios serían enormes. Las empresas estatales tendrían así políticas a largo plazo, mejores controles y menores posibilidades de corrupción.

En Medellín las funciones de propiedad las podría ejercer de manera ad-honorem una entidad independiente como la Junta Asesora del Comité Universidad-Empresa-Estado o una institución semejante, que represente a todos los sectores de la sociedad.

La junta del CUEE o su equivalente, como representante de los propietarios, presentaría al alcalde electo tres ternas para que seleccionara tres representantes suyos en las juntas de cada una de las empresas del municipio, evitando cambiar todos los miembros de las juntas al inicio de cada alcalde. ¿Debía el Concejo tener un representante en dichas juntas? En el pasado los tuvo en EPM, pero hoy la ley no se lo permite, al menos en las ESP.

La OECD da particular importancia a la profesionalización de las empresas estatales y a la separación de los intereses políticos de la administración de éstas.

En la década de los 90 un alcalde nombró de gerente de EPM a un propietario de un par de bares, cuyo principal activo, más importante que los bares, era ser amigo del alcalde. Luego en la década del 2000, otro alcalde nombró en la gerencia de EPM a una respetable señora, quien antes de pasar a la alcaldía se había desempeñado como gerente de una oficina de un banco en la ciudad. Historias como estas han sido frecuentes, desafortunadamente olvidamos pronto. Debo aclarar que tengo la mayor admiración por los empresarios que tienen bares y por las gerentes de oficinas bancarias, pero saltar de dichas actividades a la gerencia de la quinta empresa más grande del país no tiene presentación.  

Los frecuentes cambios de gerente y de junta directiva en EPM me motivaron a escribir en una columna del 2007: “La participación de EPM en UNE, EADE, EDATEL y Aguas de Urabá, la han convertido en una empresa con vocación departamental. Una capitalización de EPM por parte del Departamento, con los dineros de la venta de la FLA, no sería mal vista por los antioqueños, y podría motivar la firma de un acuerdo de accionistas, como lo hizo la ETB, en que se fijaran normas para la elección del presidente ejecutivo y para la selección de los miembros de Junta, democratizando y profesionalizando su conformación. Se eliminaría el peligro de que los próximos mandatarios caigan en la tentación de convertir a las EPM en un feudo político”. Desafortunadamente hoy está pasando.

Los gerentes de EPM han durado 2.5 años en promedio, pero hay entidades del sector publico que cambian de gerente cada año y algo parecido ocurre con las juntas.  Es urgente buscar formulas para impedir la destrucción del patrimonio de los colombianos.

A los pocos meses de posesionado el alcalde Quintero la junta asesora del CUEE le invitó a una sesión especial. En dicha reunión el alcalde dio un respaldo absoluto al CUEE y resaltó la importancia que juega para la ciudad. La impresión de todos en dicha reunión fue de que el alcalde era una persona inteligente y diligente.

¿Será que logramos que Quintero haga historia buena y blinde de la politiquería las empresas pertenecientes al municipio? ¿Qué estas se vuelvan un motor de progreso de la ciudad?

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