La Agenda de los Maestros
Por: Ricardo Mejia Cano
La tecnología en el aula de clase ha sido tema de discusión por muchos años y en los colegios debería adquirir mayor relevancia. Con la pandemia y la educación virtual el debate se ha centrado en la disponibilidad de las tecnologías de la información en el hogar.
Si partimos de la base que la pandemia es una emergencia temporal, próxima a ser superada, y que los recursos para invertir en tecnología para la educación son limitados, tendremos que definir donde debe estar la prioridad. Los países latinoamericanos han invertido fortunas en programas “Un computador para cada niño” y ahora durante la emergencia la preocupación es internet en cada hogar.
En la educación superior la enseñanza a distancia o la alternancia serán sistemas que sin duda ganarán terreno. No así en los colegios. Los jóvenes necesitan la guía y orientación permanente del maestro. La enseñanza a distancia o la alternancia en jóvenes menores de 16 años no parece lo más recomendable. Terminada la pandemia los jóvenes deberán regresar al aula de clase. Las enseñanzas del maestro juegan un papel fundamental en el desarrollo de los estudiantes hasta los 15-16 años, particularmente en aquellos de hogares con limitaciones o situaciones difíciles.
En el caso de la educación primaria y secundaria, diferentes estudios prueban que primero se debe invertir en tecnología en el aula de clase y en la formación de los maestros, quienes deben aprender a utilizar la tecnología en la enseñanza. Internet de alta velocidad en los colegios y ayudas audiovisuales en las aulas facilitarán la transmisión de los conocimientos y el acceso a la ciencia y la innovación.
La investigación que la educación por proyectos debe motivar en los estudiantes, el acceso a la información disponible en la Web, más la guía de los profesores, es la fórmula ideal para abrir la mente de los educandos.
Hay otra razón por la cual los jóvenes deberán regresar al aula de clases. Un estudio de McKinsey, basado en los resultados de las pruebas PISA, confirma lo que muchos psicólogos han probado en repetidas ocasiones: una actitud positiva del estudiante hace que este aproveche mejor las oportunidades. Aquellos jóvenes convencidos de que el estudio y el trabajo duro les permitirá mejorar su situación superan en los resultados PISA a aquellos con actitud negativa, quienes consideran sus capacidades limitadas y cierran las puertas a nuevas oportunidades. McKinsey estudió estos dos grupos en colegios con estudiantes de muy bajos ingresos y en colegios de altos ingresos. Su hallazgo: los estudiantes con actitud positiva y bajos ingresos superaron ampliamente en las pruebas PISA a los de actitud negativa de ingresos altos.
Jóvenes de familias disfuncionales, bien sea por violencia o conflictos familiares, alcoholismo, drogadicción u otras causas son más propensos a actitudes negativas.
Aquí la participación e influencia de los maestros juega un papel definitivo, estos deben promover una actitud positiva, deben hacer un esfuerzo titánico para influir efectivamente en esos jóvenes.
En Colombia los colegios públicos se han ido dotando poco a poco de ayudas audiovisuales y de mejor internet. Pero ¿Están los maestros aprovechando al máximo estas nuevas ayudas y moldeando actitudes positivas en sus alumnos? El nivel de politización de la enseñanza, unido al compromiso de muchos maestros con determinados dogmas e ideologías no es la mejor aproximación al reto que enfrentan de aprovechar las tecnologías para el aprendizaje de la ciencia y sembrar en sus alumnos una actitud positiva. Inculcar en éstos que el aprendizaje de un oficio o el dominio de una profesión está al alcance de todos y que el futuro depende de las ambiciones y aspiraciones de cada uno, debería estar en la agenda de los maestros.
Nota: No me queda duda de la seriedad y transparencia del Grupo Empresarial Antioqueño. Desafortunadamente el alcalde Quintero no ha dado muestras de seriedad ni de transparencia.