Del Narcisismo al Empresarismo
Por: Ricardo Mejia Cano
No pocos emprendedores empiezan sus empresas movidos por deseos de riqueza, poder, o ambos. Esa ambición les induce a tomar riesgos que los demás no toman. Crean empresas en campos en que otros no ven las oportunidades, o las ven, pero su ambición no vence los temores de los posibles riesgos. Son emprendedores porque tienen un ego exagerado. Y no está mal: crear empresas, destacarse con respecto a los demás, diferenciarse, requiere personalidades recias con gran tenacidad. Sobre todo en la etapa inicial, cuando deben vencer los mayores obstáculos, incluida la incredulidad de algunos de quienes son contratados por el emprendedor. El narcisita-dictador-empresario tiene con frecuencia éxito, especialmente en las etapas iniciales.
Desafortunadamente cae en el círculo vicioso y pernicioso Mayor Éxito-Mayor Ego-Más Narcisismo. El principio del fin. Como sostiene el Gurú de la sicología empresarial moderna, Daniel Goleman: El líder agresivo y dictatorial es incapaz de crear estrategias y “enrutar” la organización hacia metas ganadoras en el largo plazo.
Goleman, experto también en neurología, dice: “El liderazgo con agresividad riñe con el buen desempeño. Los estados emocionales son contagiosos, un jefe agresivo engancha a sus subalternos en estados de temor y angustia, que degeneran en agresividad y disminuyen la capacidad cognoscitiva del individuo”. Los líderes exitosos de hoy se destacan por su capacidad de promover las habilidades de sus subalternos, por ser incluyentes, responsables hacia su entorno, francos y maduros. Poseen lo que Goleman destaca como cualidad imprescindible: Inteligencia Emocional. No quiere decir que la inteligencia cognoscitiva no sea importante. Cuando las pruebas de selección de personal sólo consideran la inteligencia cognoscitiva de los candidatos, la inteligencia emocional es el único factor diferenciador.
Para Goleman Google es un buen ejemplo: una empresa donde todos los profesionales tiene un IQ (Inteligencia cognoscitiva o cociente intelectual) superior a 140, la inteligencia emocional se convierte en el único factor para seleccionar a los mejores.
Las comunicaciones interpersonales de un profesional son más importantes de lo que muchos reconocen, especialmente cuando se tienen nexos emocionales, como ocurre en las empresas familiares. Dichos nexos producen de manera automática reacciones singulares en el cerebro. La falta de conciencia al respecto impide al cerebro actuar como termostato regulador de las emociones, y más bien aumenta el desequilibrio.
Para Freud “Las relaciones entre Familia y Trabajo son gobernadas por el conflicto entre ´´lieben und arbeiten´´, amor y trabajo”. Sugería que el amor y el trabajo eran las principales fuentes de autoestima y felicidad, y que sólo cuando se alcanza un equilibrio entre las dos se alcanza la satisfacción.
Equilibrio nada fácil de lograr: Las familias se concentran en su entorno y en las emociones y se resisten a los cambios, mientras los negocios se deben enfocar hacia afuera, evitar las emociones en la toma de decisiones y promover el cambio. Tienen metas diferentes.
Para alcanzar el equilibrio es necesario bajarse del pedestal, despojarse del ego, desdoblar el ser, olvidarse de Narciso. Para Goleman el individuo debe tomar conciencia de las causas que alteran sus relaciones interpersonales y procurar el dominio de emociones como la ira, la melancolía, el humor y el optimismo. El individuo debe conocer y reconocer que le produce motivación, empatía con otros, analizar los mecanismos de que dispone para mejorar sus relaciones interpersonales, base imprescindible para la creación de equipos exitosos.
Se trata de pasar del narcisismo al empresarismo.