
¿Promueve Colombia la creación de Riqueza?
¿Promueve Colombia la creación de Riqueza?
Por: Ricardo Mejia Cano
Cuando el estado toma un peso, devuelve $ 0.70 a la economía, pues gran parte del dinero se pierde en burocracia y por las ineficiencias del estado. Cuando el sector privado toma un peso, devuelve más de $ 1.30 a la economía, pues su razón de ser es crear riqueza.
El debate sobre el rol del Estado en la economía ha sido una constante a lo largo de la historia. La evidencia muestra que el sector privado, por su naturaleza competitiva, tiene una capacidad superior para generar riqueza y optimizar recursos en comparación con el sector público.
Durante las décadas de 1970 y 1980, PDVSA generaba una gran cantidad de ingresos para Venezuela. Con el socialismo S. XXI, la politización de la empresa, la falta de inversión, la corrupción desenfrenada y la ineficiencia administrativa pasó de producir 3 millones de barriles día con 40.000 empleados en 1998, a producir un millón de barriles día con más de 100.000 empleados 10 años después. La petrolera colombiana ECOPETROL va por el mismo camino.
La compañía 4-72 es el operador de correos estatal de Colombia. Ante su incapacidad de competir con Servientrega, Coordinadora, TCC, Inter Rapidísimo y las multinacionales, cada que se posesiona un nuevo gobierno 4-72 es reestructurada con el fin de volverla más competitiva. Nunca lo logran. Nunca sabremos cuanto se han gastado en reestructuraciones. Según el gobierno de Petro: “la reestructuramos para salvarla”.
Las empresas estatales de energía de México y Brasil han sido durante muchos años criticadas por sus elevados costos de operación y tarifas poco competitivas. En Colombia, por falta de previsión del gobierno, el precio exorbitante del gas hará que muchas familias vuelvan a cocinar con leña.
En febrero de 2025 se acabó el monopolio de los aguardientes en Colombia. Si los gobernadores con fábricas de licores no empiezan a administrarlas como si fueran empresarios privados y las dotan de un gobierno corporativo moderno, en menos de 10 años estarán asistiendo al funeral de estas.
Cuando los monopolios estatales desaparecen y se permite la entrada del sector privado, los consumidores se benefician con mejores opciones, precios más bajos y servicio más eficiente. El Estado no debería ser un competidor, sino un regulador que garantiza reglas equitativas y la libre competencia.
El Estado debería:
- Simplificar los procesos administrativos, reducir la intervención gubernamental e incentivar la inversión y el emprendimiento. Por el contrario, un exceso de regulaciones y trámites burocráticos aumenta la corrupción y dificulta la creación y expansión de las empresas.
- Crear un marco regulatorio que impida la formación de monopolios y fomente la entrada de nuevas empresas para garantizar precios competitivos y servicios de calidad. En sectores estratégicos como telecomunicaciones, energía, salud, etc., mayor competencia reduce costos y mejora la eficiencia.
- En lugar de aumentar la tributación para los pocos que pagan, debe hacer que todos paguen.Un sistema tributario justo y equitativo es fundamental para garantizar un crecimiento económico con mayor equidad.
- Facilitar el desarrollo del sector privado mediante la inversión en infraestructura básica como carreteras, puertos y telecomunicaciones. Un mejor acceso a infraestructura reduce costos de operación y facilita el comercio.
- Hacer una reforma integral en educación. En las pruebas PISA del 2022 el 71% de nuestros jóvenes estuvieron calificados con conocimientos mínimos o insuficientes en matemáticas y el 51% en lectura y ciencias. Si excluimos los resultados de los jóvenes de la educación privada, veríamos unos resultados mucho peores en la educación pública. Con una educación tan pobre en calidad, Colombia nunca será competitiva. A la educación pública se le debe permitir hacer alianzas con la educación privada.
- Implementar medidas para reducir la congestión en los juzgados, como la promoción de mecanismos alternativos de resolución de conflictos, promover y abaratar el costo de los Centros de Arbitraje y Conciliación de las cámaras de Comercio. El sistema judicial colombiano enfrenta desafíos significativos, como la congestión judicial, la corrupción y la impunidad, que han llevado a una percepción negativa por parte de la ciudadanía. Según datos de 2017, se estima que había 1,6 millones de casos que no avanzaban en los despachos judiciales, lo que ha generado una imagen desfavorable del 80% del sistema judicial.
Desafortunadamente en Colombia estamos haciendo todo lo contrario.
La burocracia, la corrupción y la falta de incentivos para lograr mayor productividad han llevado a la quiebra a numerosas compañías estatales. Solo a través de una economía basada en la competencia y la eficiencia se puede garantizar mayor bienestar, progreso y equidad para la sociedad. Un país próspero no es un Estado gigante e ineficiente, sino uno que facilite el desarrollo del sector privado y garantice condiciones equitativas para todos.