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¿Convienen esas gabelas?

Por: Ricardo Mejía Cano

Sin duda, sí. No quisiera contradecir a mi muy admirado Juan Felipe Gaviria, Gerente de Empresas Públicas de Medellín, quien ha sido enfático en declarar que a un empleado no se le deben pagar bonificaciones: «A uno lo contratan para hacer las cosas bien, de lo contrario debe ser despedido». Desafortunadamente en administración no todo es negro o blanco. Como me enseñaba mi profesor de dibujo, las medias tintas son también importantes. Hasta hace algunos años coincidía con los planteamientos del Dr. Gaviria, pero luego de conocer los sistemas de remuneración de las multinacionales, estudiar a profundidad el tema y reflexionar sobre la cultura empresarial colombiana, he concluido que las gabelas son en general convenientes a todos los niveles en una empresa, siempre y cuando se disponga de los sistemas adecuados de medición de gestión, como el Cuadro de Mando Integral (Balanced Scorecard) y la evaluación de desempeño 360 grados.

Supongamos que la instrucción al equipo de ventas de nuestra compañía es crecer en el 2004 el 12% en unidades, en comparación con el 2003, en un producto cuyo crecimiento de mercado se espera sea del 6%. La competencia, en una jugada inesperada, baja precios y nosotros decidimos no movernos para no sacrificar rentabilidad. Supongamos también que al final del año crecemos un 5%, muy por debajo del presupuesto, ¿Despediríamos la fuerza de ventas? Gracias a ese crecimiento y no modificar precios, nuestra rentabilidad sería muy superior a la de la competencia.

En Colombia es frecuente que los empleados monten negocitos (En diminutivo, como le gusta al Presidente Uribe), de distribución, de fabricación de algún elemento, de consultoría, etc., manejados «principalmente» en horas fuera de oficina. Sin embargo es preferible que ese empleado, en lugar de dedicar tiempo y creatividad a una actividad externa, dedique su esfuerzo a mejorar aun más los resultados de la compañía, a cambio claro está y con justicia, de una bonificación. La posición del Dr. Gaviria coincide mucho con la entrega típica de los paisas, pero recordemos: los antioqueños se destacan por su afición a iniciar negocitos mientras están empleados.

Cuando se reajusta en igual proporción el salario de todos los trabajadores se comete una injusticia laboral. En una empresa, como en la vida real, existen trabajadores buenos, regulares y malos, y es obligación de un administrador indicarle a los buenos la satisfacción por sus resultados, a los regulares insistirles que pueden mejorar y a los malos, se les debe dar una oportunidad antes del despido y comunicarles la insatisfacción con su desempeño. Decírselos verbalmente y tratarlos igual económicamente no es un mensaje justo ni lo suficientemente contundente.

Según el estudio anual de Juntas Directivas elaborado por Korn Ferry, de las 1000 corporaciones más grandes de Estados Unidos, el 99% tienen un Comité de Compensaciones a nivel de Junta Directiva, compuesto principalmente por miembros externos, quienes se reúnen en promedio cuatro veces al año con la dirección de recursos humanos, para analizar las políticas de compensación. Esta es una herramienta administrativa demasiado importante: los planes de remuneración deben motivar a los empleados a luchar por las metas fijadas en la estrategia.

Los profesores Becker y Huselid de las Universidades de New York y Rutgers, durante más de 15 años han estado dedicados a estudiar el papel que los departamentos de Recursos Humanos deben jugar en la implementación de la estrategia. El Índice de Desempeño del Sistema de Trabajo (IDST) mide el grado en que las políticas de selección de personal, de remuneración, de comunicaciones, el balance de conocimiento, etc., coinciden con los planteamientos estratégicos de la organización. Cada dos años estudian el IDST de unas 500 corporaciones; en total han analizado más de 2800. Tengo en mis manos los resultados de uno de sus más recientes estudios: si se agrupa el 10% de compañías con el índice más bajo en una columna, y el 10% de compañías con mejor índice en otra, se pueden sacar conclusiones interesantes. Para la determinación del índice se analizan muchos conceptos, sin embargo me concentraré en los relacionados con las «Gabelas»:

La filtración a la prensa de los términos del contrato del presidente de Ola, ha sido aprovechada por muchos comentaristas para despotricar del capitalismo, perjudicando de paso el prestigio profesional del Dr. Mauricio Mesa. Los problemas de Colombia Móvil, frecuentes en una compañía que apenas se inicia, muy seguramente están siendo magnificados, gracias al discreto patrocinio de sus competidores; a este tipo de competencia están enfrentados muchos administradores. Una Junta debe conocer sus retos y encontrar formulas para motivar a sus empleados; así como los futbolistas reciben bonificaciones por los goles anotados, también los debe recibir una administración. Más grave que la remuneración del Dr. Mesa, es la pobreza de los análisis de muchos columnistas, que se refieren a un tema de productividad empresarial como si se tratara de un dogma: no a las Gabelas. En 1543 Nicolas Copérnico modificó toda la teoría astronómica de la época al decir que la tierra giraba alrededor del sol. Por contradecir un dogma, fue calificado de «astrónomo advenedizo» y sus libros fueron prohibidos.Las empresas con mayor valorización de mercado son las que tienen mayor porcentaje de empleados con bonificaciones.

En Colombia sólo el 5% de las empresas crea valor, el resto destruye riqueza, que sumada a la que destruye la burocracia de los gobiernos central y regionales, hacen imposible pretender mejorar el nivel de vida del 55% de la población por debajo de la línea de pobreza. Más importante que preocuparnos por cuanto tienen los ricos, es sacar esa mitad de colombianos de la miseria, dar trabajo a tanto desempleado pobre. Es urgente crear más riqueza, para lograrlo, se debe recurrir a mucha creatividad y sistemas modernos de administración, incluidas las gabelas.

One thought on “¿Convienen esas gabelas?

  1. Corporativo saludo.
    Excelente el artículo , no pierde vigencia. Totalmente de acuerdo con las bonificaciones. Todos los trabajadores deberían ganar el mismo salario mínimo. La diferencia estaría entonces en un buen programa de bonificaciones.
    Felicidades.

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