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Por una nueva cultura

Por: Ricardo Mejia Cano.

Pedro el Grande es uno de los gobernantes mas famosos que ha tenido Rusia. A finales del S. XVII y principios del XVIII modernizó las instituciones y expandió su país por todos los costados. Nadie podría defender las costumbres de los Romanov, quienes gobernaron Rusia por más de dos siglos en medio de corrupción, intrigas, sexo y vodka. Así fue forjada la Rusia de hoy.

Preocupado Pedro por formar un sucesor, vio en Alexis, el mayor de los tres hijos que sobrevivieron a los 12 que tuvo, el candidato ideal.

Desafortunadamente Pedro no era buen educador y peor aun, quería que su hijo fuera formado a su imagen y semejanza, mientras Alexis buscaba exactamente lo contrario. El resultado no pudo ser mas trágico: Alexis murió en la cárcel por orden de su padre.

Muerto Pedro le suceden su esposa, su nieto, su sobrina y su biznieto, todo esto en un periodo de 15 años en que Rusia quedó a la deriva. En ese momento Elizabeth, la única hija viva de Pedro el Grande asume el mando con un marcado liderazgo, en medio de la cultura Romanov: corrupción, intrigas, sexo y vodka. No teniendo Elizabeth hijos para sucederla, casa a su sobrino con Catherine, “para cogerles una cría” y formar ella misma su sucesor. Elizabeth tampoco tuvo éxito en su plan. A su muerte su sobrino Peter III asumió el trono por corto tiempo, pues fue destronado y mandado a ejecutar por su esposa, quien se convirtió en la arrolladora Catherine II.

Eso ocurrió hace mas de doscientos años, en una monarquía, cuya obligación era perpetuar la sucesión en la familia. Desafortunadamente los políticos colombianos se han convertido en una copia de los Romanov. No han sido capaces de formar los nuevos líderes que necesitamos. Nuestra política sigue alrededor de los Santos, Lleras, Pastrana y ahora Gavirias y con muchos de los vicios de la política rusa.

Es lamentable que nuestros partidos políticos pongan tan poco interés en sus planes de formación de líderes. Lo hacen mejor los equipos de fútbol, que gracias a unas ligas inferiores bien estructuradas, mantienen semilleros para formar a los futuros jugadores.

El líder moderno tiene pasión por formar gente, está comprometido con el éxito de sus subalternos, busca maneras creativas de inspirarlos para sacar lo mejor de ellos, se anticipa a las crisis y propone soluciones. Es consciente de que sólo en medio de la transparencia se puede tener éxito en el largo plazo.

Para que una escuela de formación tenga éxito debe hacer énfasis en valores como el respeto, el trabajo en grupo, la transparencia y la voluntad de servicio. Sus líderes deben dar ejemplo. Valores en los que no se destacaban Pedro el Grande y Elizabeth.

¿Pero puede el partido liberal presentar a su escuela de juventudes al ex presidente Samper como ejemplo? ¿Puede el Polo formar un semillero y poner de ejemplo a Samuel Moreno? ¿Es el ego de Petro el mejor ejemplo para los futuros dirigentes? ¿Pueden los partidos de la coalición crear mística en sus ligas inferiores, en medio de una filigrana de intrigas, en que yo te doy algo para que mantengas tus votantes y a cambio tu me los endosas?

De golpe a Pedro y Elizabeth no les podemos recriminar, era la cultura de la época. Pero no debía ser la de hoy.

One thought on “Por una nueva cultura

  1. Geosaludo….Interesante la historia de Rusia. En Colombia hay personas con capacidad de liderazgo, simplemente son tan inteligentes que no entran a la política, no es su hábitat. Me gusta Juan Carlos Pinzón Bueno, está menos contaminado.
    Felicidades

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