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Entre Relajarse y Emborracharse

Por: Ricardo Mejía Cano

El afiche muestra al padre en las escaleras, quien debido a su tremenda borrachera, se cayó subiendo a la entrada de su casa. Parados en la puerta la mamá y los hijos observan llorando la penosa situación.

Otro afiche muestra a un señor furioso porque no podrá acompañar con una buena copa el plato con langosta y mariscos que tiene al frente.

Estos afiches fueron parte de las intensas campañas por el SI y por el NO al referéndum  por la prohibición del alcohol en Suecia en 1922.  Un país que pertenece al “Cinturón del Vodka”, productor de la famosa marca ABSOLUT y considerado mundialmente como un alto consumidor de alcohol, ya tenía desde mediados del Siglo XIX un “Movimiento de Templanza”, que abogaba por la moderación en el consumo.

El referéndum fue de gran importancia: el 55% de los suecos salieron a manifestarse. El 63% de las mujeres votaron a favor de la prohibición y el 63% de los hombres en contra. En la zonas rurales, donde el alcohol hacía el mayor daño a la economía y cultura familiar, el SI tuvo un triunfo rotundo. Sin embargo la votación en las grandes ciudades (Si es que se puede hablar de grandes ciudades en Suecia) y la mayor participación de los hombres en la votación, hizo que al final ganara el NO con el 51% de los votos.

Si bien no se prohibió el consumo, éste esta restringido. Licor para el consumo personal sólo se puede comprar en la red de tiendas manejadas por el estado. Bares y restaurantes tienen la obligación de abrir y servir las botellas de licor dentro de sus  instalaciones. El monopolio del estado es absoluto, no de ABSOLUT.

Con el fin de confirmar si el consumo de alcohol esta descendiendo, los suecos miden anualmente la tendencia. La encuesta anual tiene preguntas como: ¿Bebe usted algunas veces tanto que se siente enfermo al día siguiente? ¿Después de beber le da dificultad recordar cuanto tomó?

Los resultados de la encuesta, que se realiza desde el 2010, muestran un descenso en el consumo, especialmente en jóvenes entre los 16 y los 24 años. Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, Suecia esta en la posición 50 en el consumo per cápita de alcohol, entre 190 países. Le superan Grecia, Canadá, Chile, Argentina y muchos otros.

Colombia aparece en la posición 98 en el listado de la OMS, sin embargo esta entre los primeros 20 en accidentalidad laboral, por efecto del alcohol. Aquí no se toma licor para acompañar las comidas como los suecos o los europeos, quienes toman con mayor  frecuencia, pero en cantidades menores. Según un estudio de Minsalud, acá más del 60% de la población consumidora de licor se excede cada que toma.

Se supone que los departamentos pagan la educación con los impuestos al alcohol.  Sin embargo váyase a la plaza de uno de nuestros pueblos un viernes o un sábado y recordará el afiche con que los suecos hicieron campaña a favor de su prohibición. Difícilmente el maestro o la escuela pueden fortalecer la autoestima y deseos de superación de un niño,  cuyo padre llega todos los fines de semana borracho, sin dinero y a maltratar a su familia.

Todos los monopolios son odiosos, aun los del alcohol, sea en Suecia o en Colombia. Pero deberemos hacer más énfasis en la importancia de la moderación. Enseñar que el alcohol es bueno consumirlo acompañando las comidas, no para sustituirlas; que es bueno para relajarse, no para emborracharse.

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