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Amores y Odios

Ricardo Mejia Cano

Si algún país genera amores y odios, ese es China, hoy la segunda potencia mundial. Para los expertos en menos de dos décadas será la primera.

Amores, porque en 30 años ha sacado a más de 600 millones de chinos de la pobreza, es un nuevo factor en la multipolaridad del mundo y es un caso de estudio. Odios, porque para muchos es un depredador del medio ambiente, explotador de los bajos salarios de sus trabajadores y por la restricción de las libertades.

¿Pero cómo llegó allí? Primero una cultura de mas de 3.000 años de historia, con innumerables aportes a la humanidad: el papel, la imprenta, la brújula, la pólvora, la cerámica, la porcelana, etc. Otra herencia, implementada en la época de Confucio, es la meritocracia en la administración pública. El aspirante a funcionario público debe pasar un examen de admisión en que se analizan las actitudes y aptitudes del candidato. La carrera del funcionario empieza normalmente por cargos en pequeñas provincias y si supera las frecuentes evaluaciones, va ascendiendo a funciones más complejas.  

Pero el cambio de mayor impacto fue la metamorfosis iniciada hace 45 años, que la sacó del hambre y miseria en que la dejó Mao.

Muerto Mao se desató una lucha por el poder entre su sucesor y la esposa de Mao, quien además de ambiciosa, había ocupado importantes cargos públicos. Mientas Deng Xiaoping con un grupo importante de dirigentes del partido pedían una revisión y discusión sobre los logros y fracasos desde que se habían tomado el poder en 1949 y cuáles deberían ser las próximas metas y manera de implementarlas. 

Era urgente revisar el programa de colectivización, llamado el Gran Salto Adelante, que dejó más de 30 millones de muertos por hambre, ante la caída en la producción agraria.  Revisar la Revolución Cultural, que cerró las universidades, dejó al país en la ignorancia y dejó a millones de opositores asesinados.  

Deng, a quien Mao profesaba gran aprecio y sin embargo castigó un par de veces con trabajos forzados y por suerte se salvó de ser ejecutado, finalmente en 1978 se convirtió en el líder absoluto. Además de prudente, inteligente y pragmático, era de muy bajo perfil.

Con el fin de evitar enfrentamientos con las bases más radicales del partido, hizo un plan piloto en una provincia del norte, donde permitió a los campesinos regresar a sus tierras, les dio asistencia técnica y rápidamente la producción agrícola creció. De esa manera convenció a todos que se debía terminar con la colectivización.

Deng era consciente que los chinos que habían emigrado a los países del sureste asiático eran grandes emprendedores, importantes empresarios y creadores de riqueza. Entonces ¿Por qué no ocurría igual es su país?  ¿Era el socialismo un obstáculo para la creación de riqueza? Concluyó que se debía abrir la economía. ¿Pero cómo hacerlo, si las facciones más conservadoras y dogmáticas del partido se oponían radicalmente?

Deng decía que el comunismo era pedir a cada cual según sus capacidades y darle según sus necesidades. Pero el sistema no promovía la competencia, ni el desarrollo de nuevas capacidades, ni la iniciativa privada y como resultado se producía una torta muy pequeña. Por otro lado, para dar a cada uno según sus necesidades se necesitaba una torta muy grande.  Era urgente cambiar.

En 1975, el presidente de Francia Giscard D’Estaing invitó a Mao a una visita oficial. Mao, afectado por múltiples enfermedades, delegó en Xiaoping la visita. Cincuenta y cinco años antes Deng había llegado a Francia en un programa de estudio-trabajo, en que vivió infinidad de dificultades, que fueron definitivas en su formación política. En este nuevo viaje, Deng quería hacer un reconocimiento completo de Francia e invitó a altos dirigentes de la industria, el transporte, la educación, ciencias, etc. con el fin de que cada uno observara los avances de Francia en sus correspondientes áreas. El viaje fue de 5 días y las conclusiones fueron alarmantes: China se había quedado atrás.  

La anterior experiencia le sirvió para organizar a partir de 1978 viajes de estudio, en que enviaba cientos de funcionarios a países desarrollados, con el fin de que aprendieran de economía, comercio internacional, educación, ciencia y tecnología y más importante, se dieran cuenta de cuán atrasada se encontraba la China.

Esto le permitió vender la idea de crear una Zona Económica Especial, al lado de Hong Kong, que facilitaría la inversión y el libre comercio. El éxito de este ensayo fue inmediato y le permitió convencer a los más conservadores que era necesario abrir la economía.

Los viajes de estudio también les hicieron ver el atraso del sistema educativo chino. Para acelerar el cambio, Deng se reservó la Dirección de Educación, Ciencia y Tecnología y empezó a mandar a profesores y estudiantes a las mejores universidades del mundo.

En una ocasión el presidente Jimmy Carter envió a su Consejero Científico para unas entrevistas con Deng.  En una de las reuniones, Deng comentó al Consejero que tenía un tema urgente para hablar con Carter. El Consejero le dijo a Deng que en ese momento eran las 3 de la mañana en Washington. Deng insistió y el Consejero se comunicó con Carter. Ese año Deng había mandado 150 profesores y estudiantes a formarse en EE. UU. y quería saber si Carter tendría alguna objeción si al año siguiente enviaba a 10.000. Carter, quien tenia gran admiración por Deng le respondió: “¿Y por qué no mandas 100.000?

Deng invitó a las mejores universidades del mundo abrir sedes en China y llevar a sus mejores profesores. Creó competencia en la educación y las universidades locales han tenido que innovar y transformarse para seguir siendo competitivas.

El presidente Gustavo Petro ha sido un buen viajero: durante su gobierno ha hecho más de 11 viajes internacionales, incluidas visitas a EE. UU., Francia y Suiza.  Uno de sus destinos predilectos es Italia, donde viven sus hijas Andrea y Sofía, y Nicolas, el hijo de Verónica. En Italia prefiere Florencia, dónde es asiduo comensal de Harry’s Bar. Allí el “Pescato del Giorno” cuesta Euros 50, es decir COL $ 250.000, sin las entradas, ni el postre, ni el vino.

No se entiende entonces porque después de la sofisticación y culturizada que el presidente ha tenido, de disfrutar visitando a sus hijos en Canadá e Italia, regresa a Colombia y propone que el modelo ideal de desarrollo son Cuba y Venezuela.

No se entiende como, después de haber enviado a algunos de sus hijos a estudiar al exclusivo Liceo Francés de Bogotá y ver la diferencia en la calidad de la educación privada de la pública, no hace nada para mejorar el sistema educativo.

No se entiende como, después de que el país ha fracasado con dos reformas agrarias, lanza de manera improvisada otra.

No se entiende como Petro, quien se precia de haber sido un excelente estudiante toda su vida, nombra ministros y funcionarios sin ninguna preparación para el cargo, y peor aún, eliminando los perfiles requeridos, para poder nombrar simplemente por ideología.

Petro, igual que la China, genera amores y odios. Esa coincidencia lo debía motivar a estudiar los cambios que Deng Xiaoping introdujo en China.

Nota: A finales de los 80s Xiaoping empezó un plan para dar mayores libertades políticas e individuales. Con las protestas de junio del 89 se vio obligado, desafortunadamente, a frenar la apertura. En Colombia se acentuarán las protestas contra el gobierno, ante su incapacidad de leer la insatisfacción de la mayoría de los colombianos. Confiemos que Petro no imite en este sentido a Xiaoping.

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